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Crónica 14,

Siria II - Tierras de cruzados

Ruta : Ruta de los Imperios | País : Siria

Siria y Jordania han sido los escenarios y espectadores de excepción de las atroces confrontaciones que mantuvieron los cristianos y musulmanes durante un periodo conocido como las Cruzadas. Periodo que duró 200 años de luchas, conquistas y reconquistas interminables. Pero tras la virulenta tormenta vino la calma y la necesaria paz si se quiere progresar. Ahora, siete siglos después de aquellos violentos y "santos" combates, al margen del significado y de la aprobación o no de las épicas gestas medievales, podemos disfrutar de auténticas maravillas arquitectónicas que desbocan la imaginación.

LA LLAVE DE LAS TIERRAS CRISTIANAS

Uno de estos lugares es Crac des Chevaliers (castillo de los Caballeros), una de las fortalezas cristianas más espectaculares y bellas de todo el bando cristiano, e indudablemente la mejor conservada de todas. En la población de Al Hosn, sobre la colina por la cual las horribles casas de cemento van trepando, llegamos al castillo que corona el promontorio. Realmente no mentían los libros que habíamos leído cuando hablaban de su fantástico estado de conservación y de las dimensiones de esta fortaleza que llegó a albergar 4.000 almas. Cien años se tardó en construir, con sus sucesivas ampliaciones. La iglesia, comedores, estancias, salones, letrinas, bastiones, la fosa... conformaban un nido de águila muy bien equipado. Desde uno de sus torreones es posible divisar las tierras del Líbano.

Desde tiempos lejanos que se pierden en la memoria, es conocido el lugar estratégico que representaba este punto y que durante más de 150 años conservaron los caballeros cruzados, "la llave de las tierras cristianas". Resistió largamente al imbatible Saladino pero finalmente cayó ante los musulmanes, convirtiendo la capilla en mezquita. Ahí está la iglesia con un mirab orientado a la Meca.

Cuando se accede a la fortaleza, pisar sus piedras supone pisar siglos de historia casi novelesca. Aun queda una inscripción cristiana, en latín, que los árabes musulmanes prefirieron respetar, probablemente porque también se identificarían con ella: "que te sean dadas la abundancia, la sabiduría, la belleza pero huye del orgullo que destruye todo".

Junto a Crac des Chevaliers, existe un camping "La Table Ronde" (La Mesa Redonda) donde asentamos nuestro cuartel general durante varios días para trabajar las crónicas. El lugar no podía ser más privilegiado, estábamos a 100 metros del castillo, cuando levantábamos la vista del ordenador o del diario de viaje allí estaba él, pavoneándose con sus poderosos muros y desafiantes almenas.

Ismail, el dueño, nos dio la bienvenida compartiendo con nosotros unas caladas de su pipa de agua (narguil), de vidrio azul y torre dorada, iniciando toda la ceremonia ante nosotros. El aromático tabaco a la manzana que le traen especialmente de Arabia Saudi (él piensa que es el mejor), fue colocado arriba del todo dentro de un recipiente de madera en forma de tacita y tapado con papel aluminio. Sobre él colocó una brasa de carbón, que había encendido y mantenía caliente con una pequeña barbacoa. Francamente, el tabaco, por el olor y el aspecto de mermelada, más que fumarlo dan ganas de untarlo en una tostada. Unos vasitos de té completaron los relajante momentos que compartimos, mientras nos contaba etapas de su vida hasta que abrió el restaurante-camping hace 20 años. Algunos de esos años los dedicó a trabajar en Arabia Saudita pero no guarda sus mejores recuerdos de esta etapa. Lo que más recuerda es el despotismo con que tratan los sauditas a todo aquél que era de fuera o de otra "clase".

Uno de los hermanos de Ismail, Hassan, con quien comparte negocio, nos saludo y nos invitó a dar una vuelta a caballo por los alrededores. Están grabando "una de romanos", una película que usa este castillo como decorado y han traído caballos de Deir er-Zor (al otro lado del país) y han instalado las caballerizas al lado del camping. Vicente se fue con Hassan a trotar por el campo pero yo preferí quedarme con los chicos que cuidaban los caballos pues me iban a llevar junto a una yegua a punto de parir, la tenían aislada del resto dado su delicado e inminente estado. Siempre confié en ser testigo del parto pero tras tres días, nada. Terminaron las escenas de la película y se llevaron los caballos antes del nacimiento.

Será desde este histórico lugar desde donde empezamos a planear y coordinar lo que llamamos "Operación Estambul". Es una cita vital para la Ruta de los Imperios. Nuestra expedición no somos sólo nosotros dos, existe una "Ruta de los Imperios en España", una serie de grandes amigos que se desviven por ayudarnos en la logística de esta ruta que después de Turquía va a iniciar una etapa bastante complicada. La base de la "Operación Estambul" está en todo el gran trabajo que han realizado Reyes y Marcial desde Madrid (permisos, visados, documentación, cartografía, bibliografía, compras, ...) y la visita que nos hará en Estambul otro gran amigo, Michel. Él se llevará todo el material gráfico realizado hasta el momento (vídeo, diapositivas, fotos digitales) y traerá nuevo material virgen para proseguir la ruta. También traerá todo el trabajo de logística realizado por Reyes y Marcial (imprescindibles para seguir avanzando), cosas que se quedaron olvidadas en nuestra casa cuando partimos el 1 de junio de España (estresados y agotados por los preparativos hasta límites impensables), material para sustituir al que "pereció" por su uso en la etapa africana (gracias José Enrique por la manivela de la auto-tienda), toda la ropa y calzado de invierno y cambiaremos toda la cartografía y bibliografía de esta etapa por la de la etapa que vamos a iniciar ahora. ¡Casi nada! Por eso la "Operación Estambul" es tan vital. Si no fuese por ellos, tendríamos que ir nosotros mismos durante dos semanas a España, romper el ritmo de la expedición y arriesgarnos a no llegar al Himalaya a tiempo.

Ahora comienza una frenética actividad de correo electrónico para que todo salga perfecto, que nada se quede en Madrid y para que Michel y nosotros lleguemos a la vez a Estambul. Algunos de nuestros e-mails ocupan 7 hojas escritas en Word 97 pero es maravilloso ver cómo van solucionando todo lo que les vamos pidiendo.

La tecnología punta vuelve a dejar paso a la historia cuando volvemos a mirar Crac de los Caballeros. Pero este castillo no es el único bastión, aunque sí el más hermoso y espectacular que existe en Siria. Hacia la costa seguiremos descubriendo una cadena de castillos cruzados y árabes, que también vivieron sus periodos de gloria: el Qalat al-Marqab (primero cristiano luego musulmán), Qala'at Salah ad-Din, (Castillo de Saladino, primero musulmán luego cristiano)...episodios épicos de gestas y cruzadas con un final lleno de decepción y desencanto para el bando cristiano.

EL RÍO REBELDE

El río Oronte toma sus fuentes de las montañas del Líbano y baña la ciudad siria de Hama. Aquí es donde sus rebeldes aguas fueron domadas por unos enormes gigantes de madera que enderezaron su corriente hacia mezquitas, baños, campos, fuentes, caravanserais,...: son las norias. Son las que proporcionan ese toque de distinción a esta conservadora y antiquísima ciudad del Valle del Oronte. Más de cien norias poblaban el río pero una treintena se dispersaban por su curso al paso por la ciudad, ahora una docena de sus viejos colosos continúan en pie. Sus quejumbrosos chirridos dejaron de sonar hace mucho tiempo, en los últimos tiempos a veces se ponían en movimiento pero no para las labores que antaño desempeñaban.

Aunque es habitual que el pañuelo tan solo cubra el pelo y deje descubierto el rostro, las mujeres de Hama, más tradicionales y conservadoras, suelen taparse totalmente la cara con un velo negro pero resulta curioso observar que a la vez llevan elegantes vestidos de moda, bolsos a juego con los zapatos de tacón, con medias o sin medias.

Tras admirar las "Cuatro Norias" en uno de los recodos del río vamos a iniciar la etapa de los "Palacios del Desierto", dos son los importantes. Uno de ellos tiene fácil acceso y el otro está mucho más lejos, en mitad del desierto y es una espinita que tenemos clavada desde 1.993. El primero está cerca de donde nos encontramos, nos vamos a dirigir a un emplazamiento bizantino por unas carreteras secundarias, 55 km. al nordeste Hama, hasta Qasr Ibn Wardan. La combinación del mármol, ladrillos de barro, piedras de lava y calcáreas dio como resultado un complejo defensivo de palacio, iglesia y edificios militares que controlarían los movimientos de los árabes nómadas. Con esta idea ordenó, el emperador bizantino Justiniano, levantar este estratégico complejo durante el último año de su reinado. Ahora aislado y apartado de las rutas clásicas, reposa tranquilo sin grandes agitaciones que lo confundan.

Un minibus llega poco después que nosotros, se bajan y un anciano se dirige a mi hablándole en árabe. No entendemos ni una palabra, por fin pasa a los gestos, quiere agua. Se trata de un grupo de ancianos beduinos, vestidos con túnicas y keffiah con barbas canosas y cuidadas y con gestos y andares elegantes que parecen salidos de un versículo de la Biblia (o del Corán, según quien lo mire). Entre ellos una mujer, con un tatuaje en la barbilla, son beduinos (bedu, que en árabe significa nómada). Son unas 9 personas, les ofrecemos el agua y todos beben pero desgraciadamente es imposible entenderles, a pesar de que uno de los ancianos no para de intentar comunicarse, casi a gritos, conmigo, nos reímos juntos y nos despedimos con un apretón de manos. ¡Shucran! (gracias) nos dicen mientras nos dicen adiós con las manos alejándose en el minibus que les trajo hasta allí.

EL DESAFÍO DE LA REINA

Palmyra es otros de esos milagros de vida en medio de nuestro viejo amigo, ¿o enemigo?: el desierto. Ciento sesenta kilómetros al este del río Oronte y doscientos veinticinco al oeste del río Eufrates se encuentra en pleno desierto luchando con los tentáculos de su aridez y hostilidad que este medio despliega sin tapujos.

Cruce de caravanas entre Mesopotamia y la Capadocia (Turquía), oasis vital de la Ruta de la Seda, era un punto estratégico deseado por todos. Palmyra, la ciudad de las palmeras para los romanos o Tadmor, la ciudad de los dátiles para sus habitantes...cuenta con un personaje que marca su destino debido a una reina muy singular, Zenobia.

Mitad griega, mitad árabe, presumía de ser la descendiente de la sin igual Cleopatra. Pero hasta sus contrincantes decían de ella que era más inteligente, culta y valiente que su supuesta antecesora. Cuando su marido, un importante general aliado de los romanos, murió (en sospechosas "circunstancias") ella asumió el control y ... no quiso estar dominada ni dirigida por nadie. Se independizó y cada vez ansiaba más poder pero los romanos no le perdonaron su osadía y desafío... y fueron a por ella. Cuando lograron vencer a la reina indomable el emperador romano Aureliano destacó su personalidad fuera de lo común, su valor y su seguridad... pero finalmente mandó destruir la ciudad que tanta gloria y poder disfrutó.

El Templo de Bel, el Templo de Nebo, el campo de Diocleciano, el ágora, el teatro, el tetráfilo, las tumbas subterráneas o las torres funerarias -las "casas de la eternidad", la necrópolis más grande del mundo greco-romano. El arco de entrada que permite seguir la calle de las columnas para adentrarse en todo sus rincones y en lo alto de la colina que al fondo del oasis se eleva, aparece el castillo árabe de Qalat Ibn Maan como estandarte de la presencia del mundo árabe que ya dominó y extendió su poder hasta el presente.

Palmyra es para Siria como Petra para Jordania, dos joyas de incalculable valor talladas por el hombre en una naturaleza agreste, que brillan con luz propia.

EL DESIERTO DEL SOL

Las agradables temperaturas que disfrutamos en Jordania (siempre pernoctábamos en montañas) y el sur de Siria han pasado a la historia, el desierto vuelve a imponer su ritmo y su poder. El calor aprieta y agota y Palmyra no nos amnistió de ello. La lengua de asfalto desgarra como una cicatriz un desierto llano y pedregoso con brotes de arbustos exhaustos por su empeño en sobrevivir en tan hostil entorno. El mismo empeño que un palacio que hace seis años se nos resistió a ser encontrado, pero que ahora no nos marcharemos hasta hallarlo.

Resto de crónicas de la ruta

Acerca de los expedicionarios

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Te presentamos a tus compañeros de viaje

Vicente Plédel y Marián Ocaña son dos aventureros ceutíes con una prestigiosa trayectoria de rutas de exploración a través del mundo y entre los dos cubren todos los aspectos que requiere una expedición.