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Crónica 12,

Las Montañas Dragón (Sudáfrica, Drakensberg)

Ruta : Ruta Confines de Africa | País : Sudáfrica

La época de lluvias por Sudáfrica toca a su fin. Nuestro paréntesis en la ruta Confines de África también se cierra y comenzamos la segunda etapa de la ruta. Aterrizamos en Johannesburgo una mañana soleada de finales de marzo sin asomo de nube alguna que amenace lluvia. Nos reunimos con nuestro tercer compañero de viaje, el todo terreno que nuestro amigo Sergio Bento guardaba en su parking. Tras recogerlo nos dirigimos al backpackers donde nos íbamos a alojar y reorganizar nuestro equipo para ponernos de nuevo en ruta.

Nuestro primer objetivo sería alcanzar las montañas Drakensberg, en la ecléctica provincia de Kwazulu Natal y frontera natural con un pequeño país enclavado en Sudáfrica: Lesotho. El bullicioso tráfico que encontramos saliendo de Johannesburgo se fue desvaneciendo a medida que avanzamos hacia el sur dirección Drakensberg, bautizadas como “montañas dragón” por los afrikáans por sus peculiares y tortuosas formas.

Pero los zulúes la llamaban Quathlamba, que significa “almenas de lanzas”. En cualquier caso, ambos definen a su manera, la singular configuración de este bello y escarpado paisaje montañoso que nos mantendrá entre los 1.500 metros y 3.000 metros durante las próximas semanas.

Tras sortear el paso de Oliviershoek a 1.730 metros, la nubosidad que nos va envolviendo no nos augura nada prometedor, quizás tengamos que soportar las últimas lluvias de la temporada. Un acogedor alojamiento llamado Amphitheatre Backpackers en medio de la nada, pero teniendo como telón de fondo los imponentes espolones basálticos de las Drakensberg, será nuestro hogar durante las próximas jornadas. Hay que explicar el concepto “backpacker” porque estos alojamientos económicos tienen mucho peso para los viajeros que viajan por su cuenta. La palabra en sí los definiría como alojamientos para mochileros pero el concepto va mucho más allá, además de las típicas habitaciones comunes a bajo precio poseen todo un abanico de posibilidades y precios. Casi todos ofrecen también habitaciones dobles, triples o cuatruples con baños incorporados, salones comunes, Internet, sala de esparcimiento con juegos, etc. Todos, sin excepción, poseen una cocina equipada con nevera y diversos electrodomésticos para que los huéspedes que lo deseen puedan prepararse la comida. Y casi todos poseen parquing y terreno de campada, cosa que nos vienen muy bien para levantar nuestra tienda sobre el techo del todo terreno. En las áreas pobladas o cuando necesitamos trabajar (siendo imprescindible Internet y electricidad) buscamos este tipo de establecimientos pero el de hoy merece una mención especial.

El Amphitheatre Backpackers (www.amphibackpackers.co.za) organiza todo tipo de actividades por la zona (desde trekkings y escaladas hasta excursiones de un día a Lesotho) y posee varias construcciones, además de un extensísimo terreno de césped cuidado para acampar, donde nosotros nos instalamos. El edificio principal reúne la vida social del alojamiento con su restaurante, un bar con mucho ambiente, ¡jacuzzi y sauna!, piscina exterior y una impresionante y acogedora zona cubierta para barbacoa, llamada “ braai ” por los sudafricanos.

Todo construido con materiales tradicionales y algunos sectores son de tipo “rondavel”, como las ancestrales cabañas de adobe con techos de paja. Los precios se mueven entre los 4,5 € por persona para acampar hasta los 24 € por una habitación doble con baño propio y pequeña cocina, pasando por los 6,5 € por persona en las habitaciones para 8 personas y baño compartido. Todo ello con la sempiterna panorámica del imponente bastión de las “Montañas Dragón”, las Drankensberg, observándonos a un tiro de piedra.El Parque Ukhahlamba-Drakensberg fue reconocido en el año 2000 como Patrimonio Mundial y por sus escarpados montes vamos a movernos; tanto a sus pies contemplando sus soberbias panorámicas como subiendo hasta su cima, alcanzando los 3.000 metros de altitud. Y eso fue lo que hicimos para alcanzar uno de sus parajes más emblemáticos en el Parque Natural de Royal Natal, el Amphitheatre. Una pared de 8 Km. de acantilados y cañones que, tanto en su base como recorriendo sus cimas, nos proporcionará un espectáculo natural de salvaje belleza. Además de la pesca y la escalada, el senderismo es la principal actividad que se desarrolla por esta zona y en caminatas de un día o de varios días se puede descubrir este solemne entorno montañoso.

Nos propusimos llegar a su cima para contemplar su soberbio panorama desde otro punto de vista. Nos unimos a un grupo del Backpacker para ello. La altura y algunos tramos durante los cuales vamos escalando por torrenteras rocosas abruptas, secas en estos momentos, convirtió el avance es una extenuante y dura prueba de resistencia. Transportando trípode y todo nuestro equipo a cuestas creíamos que no íbamos alcanzar la cima pero finalmente... tras muchos altos para reponernos... alcanzamos las mesetas superiores por encima de los 3.000 metros. Los paisajes que aparecen ante nosotros son sublimes con descomunales precipicios bajo los cuales se despliegan numerosas colinas cubiertas de un manto verde que se pierden en el infinito. Otra caminata, esta vez en llano por la cumbre mesetaria, nos lleva a la cascada de Tugela, sus 850 metros de caída en cinco niveles la convierten en la cascada más alta de todo el continente africano y la segunda del mundo, tras el Salto del Ángel en Venezuela. Su caudal es pobre pero la altura y el curso serpenteante de agua que genera en el valle, casi un kilómetro más abajo, sí que impresiona.

Tan solo un último desafío, una escalera colgante metálica por la que hay que descender en vertical para enlazar con el sendero inferior. Si se tiene vértigo se pasa mal pero como ninguno de los dos tiene problemas con las alturas, fue hasta divertido bajar esa pared vertical mediante esa escala de hierro.

Donde quiera que vayamos, los regresos son siempre más suaves, es lo que tienen las “cuestas abajo”. Eso sí, los esfuerzos tan tremendos de las subidas siempre nos pasan factura al día siguiente y tras las primeras caminatas casi no nos podíamos mover así que... disfrutamos de las instalaciones del Amphitheatre. Los siguientes días, si amanecía el cielo despejado, reanudábamos las actividades y si era un día lluvioso... pues nos quedábamos “en casa”. Los últimos estertores de la época lluviosa nos forzaron a quedarnos 3 días “en casa”... pero la verdad... no nos importó en absoluto.

Por la zona central de las Drakensberg, los picos de Giant’s Castle con 3.312 m., Monk’s Cowl con 3.234 m. y Champagne Castle de 3.377m. se convierte en la trilogía montañosa más atractiva para los alpinistas. Pero es la zona donde se encuentra el Pico Cathedral, a 3.004 metros, a través de rutas de senderismo de varios días por donde se pueden alcanzar el emplazamiento de las mejores pinturas san (bosquimanos) que poblaron estos abruptos y rudos entornos hace miles de años. Una ruta agotadora pero con espectaculares recompensas paisajísticas y artísticas.Los días pasados en el Amphitheatre Backpakers conocimos a mucha gente, algunos eran extranjeros, incluso españoles como Alfonso de Madrid. Pero otros muchos sudafricanos, que venían a hacer senderismo por estas montañas. Una pareja de sudafricanos, Johann y Peggy, que estaban pasando unos días por esta zona, nos obsequiaron con uno de los platos típicos de Sudáfrica. En una marmita de fundición llamada “potjiekos”, se introduce verduras, carne, arroz, champiñones frescos y varios condimentos que se cocinarán durante al menos un par de horas sobre un fuego de leña o de carbón en las llamadas “ braai ” (barbacoa) dando lugar a un sabroso guiso muy nutritivo, al más puro estilo de la época de los colonizadores holandeses. También probamos otro día las llamadas “boerewors”, salchichas de vaca y cerdo condimentadas con especias, imprescindible en cualquier barbacoa sudafricana que se precie. Vino espumoso y vino tinto sudafricanos regaron este entrañable encuentro que nos dejó muy buen sabor de boca en todos los sentidos. Las “braai” no sólo es una forma de obtener y degustar unas comidas deliciosas también de socializar con la población y hacer amigos.

Nuestra próxima etapa se encamina hacia el conocido como “el reino en el cielo”, Lesotho. Un diminuto país enclavado como una isla en Sudáfrica, que sobrevivió a las luchas que en siglos pasados definieron de forma contundente la historia de esta zona de África refugiándose en las agrestes montañas que configuran su territorio. Los muros pétreos de las Drakensberg lo ocultan tras sus escabrosas cimas y sus escarpados y sinuosos puertos pero una vez lleguemos al otro lado entraremos en este singular reino de las nubes.

Resto de crónicas de la ruta

Acerca de los expedicionarios

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Te presentamos a tus compañeros de viaje

Vicente Plédel y Marián Ocaña son dos aventureros ceutíes con una prestigiosa trayectoria de rutas de exploración a través del mundo y entre los dos cubren todos los aspectos que requiere una expedición.