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Crónica 39,

India IX - Pirámides de dioses

Ruta : Ruta de los Imperios | País : India

Todos los mapas están extendidos encima de la cama. El agua cae a raudales sobre el techo de nuestra cabaña de Thekkady. Hemos calculado kilometraje, analizado toda la información climatológica sobre Asia oriental, estudiado toda la orografía del sureste asiático, ... y estábamos ante una evidencia.

-Es una locura embarcarnos hacia Tailandia ahora -le digo a Vicente, aunque sé que no hay que convencerle de nada.

-Está claro. Recorrer el sureste asiático durante los tres meses del verano es una locura -me contesta. Si solo estuviésemos hablando de incomodidad climatológica... lo superaríamos como hemos superado las elevadísimas temperaturas del Norte de África (al principio de la ruta) o como estamos sobrellevando la climatología actual. Vicente no se refiere solamente a un tema de calor extremo, es que estamos hablando de que no se puede cumplir la misión de la expedición: explorar, divulgar y adentrarse en lugares remotos. No se trata solo de calor o de humedad 100 % sino de lluvias intempestivas que arroyan todo a su paso, de inundaciones, quizás hasta de tifones. Hablamos de cielos encapotados la mayor parte del tiempo, de pistas cortadas, de zonas inaccesibles, de paisajes y lugares de ensueño convertidos en pesadillas, ... no hablamos de mal tiempo, estamos hablando de los monzones.

-Pues si queremos huir de los monzones... sólo hay un sitio donde ir -prosigo, a sabiendas de que le estoy leyendo el pensamiento.

-Hay que ir al Himalaya. Además, así podríamos realizar las etapas que no pudimos hacer en el otoño por la llegada prematura del invierno y el cierre de valles por las nieves. Es el único lugar al resguardo de los monzones y del bochorno tropical... ¡y lo tenemos pendiente! -me dice Vicente, reclinándose hacia atrás sobre la silla. Los dos habíamos llegado a la misma conclusión.

La verdad es que la idea de volver al "norte", cuando el calor que estábamos padeciendo se uniese al diluvio, era algo que veíamos venir pero hasta hoy no tomamos la decisión definitiva. Y también es cierta su coletilla "y lo tenemos pendiente", tuvimos que variar la ruta por la prematura llegada de las nieves. Ladakh (himalaya indio al noroeste de ese país), Nepal y Sikkim (antiguo reino himalayo encajado entre Nepal y Bhutan y que en 1.975 se unió a la India) eran tres zonas que teníamos intención de recorrer en el otoño del 99 pero... un invierno tempranero nos cortó las alas a esa zona. Ahora es el momento de realizarla.

La decisión está tomada. Recogemos todo y encendemos el ordenador. ¡Pues sí, nuestro batallador portátil sigue estando en el reino de los vivos y cumpliendo su misión! Seguimos adelante con todo pero con la intranquilidad de una frase recibida de Gabriel, del Centro de Proceso de Datos de Ceuta: "Y... cuidadito con el portátil, en cualquier momento os juega una mala pasada, ya de por sí los ordenadores son inestables estando bien, pues imaginaos ese que está en la U.V.I. Utilizadlo para cosas imprescindibles y que no supongan perdida de datos. Grabad de vez en cuando si es que estáis escribiendo texto y.... rezad lo que sepáis!". Así lo haremos Gabi, rezaremos hasta que llegue el nuevo y aunque la disquetera no funciona, podemos salvaguardar el trabajo en Cd Rom a través de la grabadora HP. También Guiem nos dijo desde Mallorca "peor hubiera sido un accidente en el recorrido nocturno de la noche anterior". Ya lo creemos... y también pensamos en positivo, en una expedición de estas características puede acontecer cualquier cosa y si se mira fríamente ... podrían haber ocurrido mil contrariedades peores pero no deja de ser un gran descalabro y una gran... faena, eso sin contar que casi se queda la web colgada. Pero la expedición sigue y el Olivetti se está portando como un jabato.

Vicente se pega una breve carrera bajo la lluvia y orienta la pequeña parabólica hacia el satélite IOR, vamos a recoger y enviar correo. Para tener comunicación, la parabólica del teléfono Inmarsat Ibérica tiene que "ver" el satélite pero el teléfono permite la separación de la antena de su base mediante un cable alargador y la antena aguanta todo lo que se le eche encima: agua, polvo, viento, humo, ... Vicente, que sí que es sensible a las inclemencias del tiempo, se seca un poco antes de conectar la base del teléfono al ordenador e iniciar el ciclo de operaciones para enlazar con nuestro servidor de Ceuta.

Todo bien, el correo saliente parte sin problemas y el entrante va apareciendo en pantalla. Acaba de salir un e-mail importante, es para mi hermano Rafa. Deseaba hacernos una visita desde hace tiempo y ahora es el momento puesto que vamos a Nepal y ese país es perfecto para recibirle: posee un legado histórico y unas bellezas naturales sin igual a la par que al conocerlo de una expedición anterior es un territorio que "controlamos". Se inicia la logística de la tercera visita que recibimos, ahora se trata de coordinar fechas, vuelos, lugares, ... e ir elaborando la lista del material que nos tiene que traer (carretes nuevos, filtros para el Mitsubishi, libros y mapas de las nuevas etapas, ¡el ordenador!, ...) y lo que se tiene que llevar a España (principalmente carretes ya emulsionados, cintas de vídeo grabadas y los CD Rom,s con el trabajo de los últimos meses).

Ha entrado un correo de Michel, ya tiene encargado el nuevo portátil, será el Acer TravelMate 507T, un Pentium II a 466 Mhz, 4,8 Gb, 64 Mb de Ram y modem integrado. Tiene una pinta estupenda ... ahora se trata de ir ahorrando para que el presupuesto, con este importante gasto extra, nos llegue a fin de año y no nos corte las alas. Y no solo eso, también hay que hacerlo llegar a Ceuta para que lo configuren con todos los programas que necesitamos, nosotros no somos capaces de hacerlo. La informática es un campo nuevo para nosotros y lo que sabemos es gracias a Michel y al Centro de Procesos de Datos de Ceuta. En los dos meses previos les dio tiempo a enseñarnos el manejo de la infinidad de programas que teníamos que usar pero ... no dio tiempo al apartado "técnico". Para cualquier tipo de contrariedad dependemos totalmente de ellos ... a pesar de haber aprendido un montón en la Cybercity de Islamabad.

Leemos un mensaje de Reyes con las últimas consultas sobre nuestra declaración de la renta, ella se encarga de nuestro "cordón umbilical" con la madre patria, entre todos esos lazos "inquebrantables" está el tema de hacienda ... "¡que somos todos!", como bien se encargan de recordarnos anualmente ... Nuestra NO presencia física en España es lo que nos está dando más quebraderos de cabeza a nosotros y trabajo a nuestros incombustibles amigos. Nuestra sociedad está pensada para que los ciudadanos "estén ahí" ... ¡Que lío es esto de ser españoles nómadas "virtuales"!

También siguen entrando correos de los internautas que nos siguen y agradecemos los que se han acordado de felicitarnos el primer aniversario de la Ruta (nuestro "chiquitín" ya tiene un año ... y parece que fue ayer cuando nació y se puso a gatear por África del Norte) y también damos infinitas gracias a los que nos escribieron rápidamente para animarnos tras el accidente del ordenador, en especial a Vicente Bellés, el sabe por qué.

Ninguna contrariedad en el correo, la sesión informática ha terminado y recogemos todo. La lluvia seguía cayendo violentamente en su frenética carrera por llegar a la tierra. Vicente se levanta para ver desde la ventana ese baile de sombras y brillos que produce la lluvia nocturna. Me uno a él y me pasa la mano por encima del hombro. A través de los cristales y estando bien resguardados, la lluvia es hasta romántica. Confiemos que el aguacero que está cayendo ahora despeje el cielo y mañana amanezca un día claro para poder reanudar la ruta.

NUEVOS HORIZONTES, NUEVOS TEMPLOS

El cielo amanece despejado y reiniciamos nuestra ruta nómada. A los pocos minutos de partir de Thekkady cruzamos la frontera interestatal y penetramos en Tamil Nadu, donde se hallan los templos dravídicos más espectaculares de la India.

Los templos dravídicos son exclusivos del sur de la India y su característica principal reside en la profusa decoración de sus altas torres, denominada gopurams. Y por todo este estado sureño prácticamente iremos saltando de templo en templo al más puro estilo del juego de la oca.

El templo de Sri Meenaksi de Madurai, efectivamente, es diferente de todo cuanto hemos vistos. Cuando llegamos ante una de las doce torres del templo y miramos hacia arriba... de pronto nos preguntamos ¿en algún momento hemos dado un salto en el espacio sin darnos cuenta y estamos en plenas fallas valencianas? Como si se tratase de un conglomerado de ninots valencianos a punto de ser devorados por las llamas, las figuras de dioses, diosas, demonios y demás personajes de la mitología hindú se prodigan sin límites por los cuatro costados del gopuram formando una punta de flecha hacia el firmamento. Las figuras pintadas en vivos colores en alegres posturas o en poses de poder dominan todo, desde la base a las alturas.

El templo lleva el nombre de la hija de un rey pandyan (monarca que gobernó un reino drávida, los originales habitantes de la India hasta que fueron empujados por los indoeuropeos hacia el sur). Y su historia resulta cuanto menos insólita. Meenakshi nació con tres pechos y este desaparecería cuando conociera al hombre con el que se iba a casar. Por suerte conoció a Shiva en el monte Kailasa y le prometió que regresaría a Madurai para casarse con ella. Efectivamente, ocho días más tarde apareció en forma del dios Sundareshwara casándose con ella y por supuesto, el tercer pecho desapareció. Como esta, una infinidad de historias mitológicas de los libros sagrados hindúes (los cuatro vedas) se van entremezclando con la historia real de la India y a veces es realmente complicado saber la verdad de como surgieron, vivieron o desaparecieron ciertos pueblos y dinastías. Los 330 millones de dioses y demonios (producto de las sucesivas reencarnaciones y formas de la trilogía Shiva, Vishnu y Brahma) también provoca que sea muy complicado para los no hinduistas entender una religión que surgió hace 3.000 años con un concepto férreo de castas. Incluso parece que nació con la idea de mantener al margen a los que no nacían hinduistas puesto que se trata de una religión no proselitista, es decir, que no acepta la conversión, o se nace hinduista o no se nace hinduista. Pero incluso con todas estas discriminaciones y trabas ... los gurús (guías espirituales) hicieron estragos entre los occidentales hace algunas décadas.

ESCALONES DIVINOS

Toda esta amplia proliferación de dioses, reencarnaciones en ellos mismos, en sus partes femeninas, en sus demonios, o en infinidad de otras manifestaciones permiten desarrollar esta desbordante decoración que ha caracterizado los templos del sur con sus llamativos colores y figuras. Seguimos nuestra ruta bajo la sombra de estas pirámides de dioses.

Llegamos a Tiruchchirapalli, la villa de la Roca Sagrada, que debe su nombre al gran promontorio rocoso que se eleva abruptamente sobre la antigua ciudad. Y sobre él, un fuerte que domina la ciudad desde hace varias centurias. Pero no muy lejos nos encontramos de nuevo con los dioses, llegamos a un magnífico complejo de templos rodeado de siete muros concéntricos con 21 gopurams, es el templo de Sri Ranganathswamy (también conocido como Srirangam, lo cual es un favor que nos hacen porque pronunciar de corrido Ranganathswamy, sin leerlo en un papel, ... no es nada fácil). Los dioses se siguen amontonando formando una escalera divina que pretende llegar al cielo. Es el más grande de toda la India y de nuevo la profusión de imágenes coloreadas lo invade todo. Los nos hinduistas tenemos la entrada vetada al santuario principal, como ocurre en la mayoría de los templos hinduístas en el estado de Tamil Nadu. Pero no tenemos problema para pasearnos por los pasillos y patios. Lo mismo ocurre con el segundo templo de Tiruchchirapalli, el de Tiruvanakoil, menos espectacular pero igual de sagrado.

Tomamos rumbo este. La capital del Imperio Chola se asienta a orillas del fértil río Kaveri, en la ciudad de Thanjavur (por fín un nombre fácil), el granero de arroz del sur de la India. Su apogeo lo celebran levantando uno de los monumentos más bellos de su historia artística, el templo-fortaleza de Brihadishwara, no en balde ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El emperador chola Raja Raja (985-1014) fue el responsable de su construcción y su estilo también queda patente en el complejo de templos de sus vecinas Tiruvalur y Kumbakonam.

A pesar de adorar a numerosos dioses, la principal deidad que domina Brihadishwara es Shiva , el dios destructor ... pero destruye con la intención de crear algo nuevo. Su papel de regenerador y fecundador está representado por el lingam -pene cilíndrico y vertical-, símbolo fálico que inunda casi todos los templos shivaicos. Aquí alcanza su máximo apogeo con ...un total de 250 lingams que se prodigan por todo el recinto. Sinceramente, la primera vez que uno se encuentra a colas de fieles adorando, acariciando y besando a un enorme falo en el santuario de un templo ... queda "sorprendido". Luego uno se acostumbra, bueno ... casi.

La entrada al recinto del templo está custodiada por un elefante que bendice con su trompa a los fieles que acuden al santuario ... tras una propina que colocan dentro de la trompa y rápidamente entrega a su cuidador. Si no hay donación, no hay bendición -es un elefante muy listo-, aunque también se tiene la opción de que el óbolo sea un racimo de plátanos -que el paquidermo engulle al instante-, un coco -que parte de un pisotón y se va introduciendo los pedazos en la boca uno a uno-, o cualquier tipo de manjar que guste a un elefante. El templo estaba repleto de gente y no sólo por el carácter sagrado del lugar que lo llena de peregrinos sino también porque en la India existe un turismo interno de proporciones inimaginables. En cualquier punto donde quiera que nos hallemos de la geografía india siempre encontraremos gran cantidad de turistas indios de vacaciones (o de fin de semana) recorriendo su patrimonio histórico. Y además ... les encanta tirarse fotos con los extranjeros, extranjero que ven (sobre todo si es mujer) ... ¡a por él!; se acercan y piden amablemente si se pueden tirar una foto todos juntos. Debemos tener fotos con la mitad de los turistas indios del país porque siempre éramos los únicos forasteros en la zona, el calor extremo del sur hace que los extranjeros elijan otras épocas del año para venir a esta parte del mundo. ¡Y hacen muy bien!

Mientras cenamos en Thanjavur preparamos la última etapa sureña, en unos días concluimos la ruta por Tamil Nadu e iniciamos la salvaje subida de 2.500 km. hacia Sikkim para reencontrarnos con un viejo amigo que nos dio plantón hace unos meses: el Himalaya. Hemos terminado de cenar y se nos acerca el camarero con unas hojas verdes y una serie de pequeñas bandejas con diversos productos. Nos pregunta: "¿Desean comer "paan"?". Pero su "paan" no es nuestro "pan". Lo conocíamos pero nunca habíamos tenido la oportunidad de probarlo. Nos miramos y nos decimos ¿y por qué no?. Sobre una hoja verde, de textura fuerte, comienza a extender pasta de cal, unos polvos llamados catachu, nuez de betel (ligeramente embriagadora y adictiva), minúsculas semillas con sabor a anís y bañadas en azúcar cuajado, diversas especias... lo enrolla y listo para que lo degustemos. Esta especie de digestivo, que los indios suelen comer al finalizar las comidas, al principio te deja el paladar un poco áspero por la combinación agridulce pero al cabo de un momento desaparece y deja la boca fresca. Nos aseguran que su consumo vuelve al que lo come en un asiduo adicto al bocado en cuestión y debe de ser cierto porque en todas las ciudades y poblaciones indias hay infinidad de "paan-wallah", vendedores de paan, que en pequeñas tiendas o en puestos callejeros vociferan su producto.

Antes de irnos a dormir llamamos a mi hermano Rafa para estar seguros de que ha recibido el e-mail que mandamos hace unos días, la impaciencia me quema. Sí que lo ha recibido y casi al instante se puso a buscar un billete a Kathmandu pero ... ¡todos los vuelos completos para las fechas elegidas! Lo mismo que pasó con José Enrique. Estas citas intercontinentales siempre nos tienen en vilo hasta el último momento. Estoy deseando abrazarle, hace más de un año que no nos vemos. Además, me hace especial ilusión que sea en Kathmandu, es un lugar emblemático para Vicente y para mi. Kathmandu fue el objetivo de nuestra primera gran expedición -La Ruta de Alejandro Magno-, 65.000 km. durante siete meses, por tres continentes y ... la llegada a esa meta coincidió en fecha y hora con nuestro primer aniversario de casados. Una doble celebración en Kathmandu, a la que llegamos tras varios meses de ruta terrestre. Como no va a ser especial.

Rafa no tiene billete todavía pero hoy duermo muy bien a pesar de la incertidumbre porque sus últimas palabras fueron: "No se cómo pero hazte a la idea de que aterrizaré en Kathmandu en la fecha prevista". Su seguridad me dejó pasmada y no dejaba lugar a dudas, me voy a la cama esbozando una sonrisa. Lo conseguirá.

Resto de crónicas de la ruta

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Te presentamos a tus compañeros de viaje

Vicente Plédel y Marián Ocaña son dos aventureros ceutíes con una prestigiosa trayectoria de rutas de exploración a través del mundo y entre los dos cubren todos los aspectos que requiere una expedición.