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Crónica 56,

56* AZERBAIYÁN-2 (CÁUCASO)

Ruta : Ruta Gengis Khan | País : Azerbaiyán

Los MONTES CÁUCASO nos muestran en Azerbaiyán todas sus facetas: la artística, la salvaje y la romántica.
Encontramos su alma artística en las MONTAÑAS "PINTADAS"


Las curiosidades siguen apareciendo en Azerbaiyán y antes de adentrarnos en su corazón más salvaje alcanzamos las MONTAÑAS CANDY CANE.


Estos lienzos rocosos se han formado porque las aguas subterráneas han oxidado de diversas formas los componentes férreos de las rocas generando la sensación de estar dentro de una acuarela.   

   
UN CÁUCASO  CON  DOS  ROSTROS.
Alcanzamos la GRAN CORDILLERA del CÁUCASO y nos encontramos con sus dos caras.


El CÁUCASO "SALVAJE" es como una hermana pequeña del Himalaya. Nos deleita con sus valles, picos nevados e inolvidables cañones por los que nos sentimos como ratoncillos por un laberinto de altísimas murallas.


Movernos por aquí nos hace rememorar las pistas del Himalaya, las alturas son menores (picos de entre 3.000 y 4.000 m de altitud) pero en algunos tramos este evocador paisaje tiene muchas similitudes.


En total contraste se encuentra el CÁUCASO "AMABLE", donde todo es armonía y romanticismo, cada cosa en su sitio, parece que estamos en Suiza.

LA ATMÓSFERA  MEDIEVAL.
Este estratégico enclave tiene una historia muy guerrera a sus espaldas. Estaba sembrada de castillos pero muy pocos han sobrevivido a incontables batallas, devastadores terremotos, el demoledor paso del tiempo... pero  nada se olvida.


Por este evocador paraje montañoso, algunos hoteles rinden homenaje a su pasado medieval en el corazón del Cáucaso.


Nosotros... seguimos acampando en valles de ensueño, algunos a los pies de torreones.

Los camiones NUNCA MUEREN :-)


Un herrumbroso bastidor de camión... sirve de puente precario para superar un foso y llegar a un torreón,  único resto de otro de los numerosos castillos que fortificaban estas montañas.

Estas legendarias montañas están repletas de pistas, con un GPS se puede avanzar a la aventura para encontrar su esencia en remotos pueblos cerca de la frontera rusa.

Las buenas relaciones con Rusia permite que sea una frontera tranquila y si uno se encuentra con patrullas militares el trato es muy cordial y amable, como nos ocurrió en varias ocasiones. Eso no quita que siempre nos hiciesen dar media vuelta.


En las ciudades el ambiente es urbano y moderno, pero en el Cáucaso la esencia rural y el ambiente acogedor de sus gentes nos envuelve.

HOSPITALIDAD en el CÁUCASO.
Tomamos una pista entre los colosos montañosos para alcanzar el remoto pueblo de Xinaliq. Justo antes nos alcanza la noche en el camino, un día feo, una noche ingrata. Acampamos como podemos al borde del camino mientras la niebla avanza y la llovizna nos empapa. El terreno está en pendiente, tenemos que buscar una gran piedra para subir la rueda delantera derecha y nivelar el coche, sin horizontalidad en el todo terreno...rodamos dentro de la tienda-techo.
Cenamos de picoteo dentro del 4x4 porque fuera no se puede estar y nos abrigamos bien para dormir. Al despertarnos, el día sigue igual de feo, las nubes avanzan y a ratos no vemos nada porque a esta altitud las nubes pasan a nuestro nivel y nos calan. Hace frío, nos movemos rápido.


Pasa un pastor con sus ovejas, nos saludamos mutuamente con las manos. Cuando ya hemos plegado la tienda y ordenado todo, nos metemos rápidamente en el coche. Cogemos unas galletas, serán nuestro desayuno. Nos estamos comiendo la primera galleta cuando reaparece el pastor, esta vez sin sus ovejas, las había dejado pastando.


No habla nada de inglés pero "chai" es fácil de entender y nos señala una dirección sonriendo. Con tan mal tiempo y tanta niebla ni nos habíamos dado cuenta que había una casa a media ladera, literalmente colgada sobre el valle que ha abierto el río Qudiyalçay. Un té caliente no se puede rechazar en estas circunstancias. En la casa está su mujer y su hija pequeña.


Es una casa sencilla, casi sin muebles pero con muchas alfombras, muy ordenada e impecable. Nos instalan en su salón, al lado de la estufa y al té le acompaña pan recién horneado, queso hecho por ellos mismos de sus ovejas, huevos de sus gallinas, mermelada de frutos silvestres...
Al terminar el desayuno nos muestra entusiasmado su pequeño huerto, sus corrales, gallinero... Una vida dura pero parecen felices por lo que tienen. Un techo caliente, siempre comida en el plato, una familia encantadora y de sonrisa fácil...
Hace un tiempo horroroso pero empezando de este modo... la fría mañana ha sido vencida por una cálida vivencia humana.
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Cuando nos toque regresar a Europa... ¡Cuánto vamos a echar de menos todas estas sinceras y espontáneas muestras de hospitalidad que felizmente estamos viviendo en esta larga ruta por Asia!

Abandonamos las montañas para dirigirnos al sur, hacia las TIERRAS DEL INTERIOR y la sorprendente BAKU.


 

Resto de crónicas de la ruta

Acerca de los expedicionarios

about

Te presentamos a tus compañeros de viaje

Vicente Plédel y Marián Ocaña son dos aventureros ceutíes con una prestigiosa trayectoria de rutas de exploración a través del mundo y entre los dos cubren todos los aspectos que requiere una expedición.