La región ofrece muchos alicientes, en sus cercanías se ubican más restos de las antiguas y originarias raíces del pueblo peruano como son los vestigios del Imperio Wari y del Imperio Inca. Pero Ayacucho en sí es eminente y bellamente colonial en muchas de sus calles, es inevitable maravillarse en el paseo por la calle 28 de Julio, donde los edificios van recuperando poco a poco su esplendor.

 

Casona Vivanco del siglo XVII, actualmente un museo que alberga esculturas en piedra de la época del Virreinato. Tras la batalla de Ayacucho el mariscal Sucre estableció aquí uno de sus cuarteles principales. En las construcciones de Ayacucho, especialmente en las casonas, se combinan elementos hispánicos, latinos y árabes como son el uso profuso de arcos, bóvedas y cúpulas además de los elementos indígenas como los motivos florales o de fauna local que se labran en las piedras. Este estilo ha venido a denominarse arte mestizo. Las casonas (ahora propiedad en su mayoría de entidades bancarias) fueron construidas por los españoles adinerados que extraían mercurio de las minas de Huancavelicas.

 

Ayacucho es conocida también como la capital de la artesanía peruana. Aunque durante la década del violento terrorismo muchos artesanos huyeron desde hace algunos años se ha comenzado a recuperar el pulso artístico de la ciudad. Trabajados de platería y filigrana, textiles, hojalatería son algunas de las destrezas en las que se destacan sus artesanos pero especialmente son altamente reconocidos sus trabajos en cerería, elementos decorativos en cera; sus retablos que tienen como origen las capillitas de santero de la época colonial, capillas portátiles utilizadas por los misioneros en sus viajes de conversión de los nativos a la religión católica y son descendientes directos de los españoles Cajones de San Marcos o de San Antonio. Hay retablos que pueden alcanzar hasta los 3.000 US$; la piedra de Huamanga, es con la que actualmente elaboran figuras diversas pero que en la época colonial utilizaban para cubrir ventanas. Una piedra más suave que el mármol y translúcida de colores gris, rosado y negro. Y el ejemplo que les mostramos en la foto son sus típicas iglesias en cerámica de Quinua, una técnica heredada de los Waris (el primer Imperio Andino entre los años 500 y 1.200 d.C. que fue derrotado y conquistado en 1.438 por los Incas, exactamente por el Inca Pachacutec).