Pero
Cuzco no es tan solo monumental con soberbios "elementos aislados" o
unas determinadas plazas espectaculares ... ¡es casi toda la ciudad! La Cuzco
popular de sus calles es tan cautivadora como la monumental. Nunca hemos visto
un casco histórico tan profuso y bien preservado, la municipalidad tiene la
ciudad de "punta en blanco", imposible no enamorarse de ella. Se vaya
por donde se vaya uno no se encuentra con la modernidad sino con la historia, el
romanticismo y la belleza. Una ciudad para estar sin aburrirse durante largo
tiempo, cada rincón tiene su encanto. Paseamos durante días sin dejarnos de
asombrar, subir jadeando de admiración (estamos a 3.310 metros de altitud) y
bajar envalentonados a descubrir una nueva plazuela, balcón o callejuela de su
tejido urbano empedrado y fachadas de piedra vista o perfectamente encaladas.
Casa con sus ventanas enrejadas y sus balcones de madera bajo techos de teja de
arcilla rojiza y elegantes arcos. Un deleite embriagador.
Paralelo a la belleza intrínseca de la ciudad nos encontramos infinitas tiendas
de recuerdos y los restaurantes adaptados al gusto extranjero. Los cazaturistas,
las casas de cambios, los acosadores vendedores de postales, entrega de tarjetas
de ofertas en restaurantes y cibercafés, ... están continuamente acechando al
visitante extranjero. Paisanos disfrazados de trajes típicos persiguiendo al
visitante "take picture, take picture, one dollar". En la plaza de
Armas hay más carteles en inglés que en español, nos paran en la calle hablándonos
en inglés y ofreciendo sus productos y viajes.
Panorámica de las casas que rodean a la plaza de Armas.