De pronto, de entre los juncos surgen cinco pequeñas piraguas que con gran maestría nos intentan dar caza, al más puro estilo de pequeñas naves corsarias en busca del abordaje del galeón del tesoro. Nos alcanzan y se enganchan a nuestra nave, estas amazonas lacustres son la avanzadilla del mercado flotante que está en las inmediaciones. Tras una amable declinación de sus ofrecimientos de venta, dejamos a las bucaneras birmanas tras nosotros.