Bagan es un bosque de estupas (zedi o chedi), pathos (templos o santuarios) y kyaung (monasterios) que en ladrillo cocido invaden todo el lugar. Fueron muchas las empinadas ascensiones para deleitarnos con la vista de este infinito océano de puntiagudas olas de ladrillo y piedra. Los aldeanos han sembrado campos de cultivo entre la historia, afanándose en arrancar a la tierra su sustento. Infinidad de pequeños caminos y veredas serpenteaban entre la jungla de santuarios. Calesas de caballos son el transporte habitual de monjes y lugareños mientras carros tirados por bueyes se dejan hacer por sus amos, transportando desde los productos de sus huertos hasta fantásticas figuras doradas para sus templos.