Entrada al antiguo santuario zoroastriano de Yazd. Sobre nuestras cabezas se levantan las "Torres del Silencio", donde se depositaban los cuerpos de los difuntos para ser devorados por los buitres. Creían en la pureza de los elementos y no querían contaminar ni el agua (antiguos rituales), ni la tierra (enterramientos) ni el aire (incineración). Más fotos en link.

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Dos "Torres del Silencio" y el sendero de subida que marcaba la última fase de los ritos funerarios zoroastras. Al final del camino los cuerpos eran "entregados a la naturaleza". Ahora, dominando el desierto, las Torres del Silencio son unos centinelas de piedra que rinden homenaje a una de las más antiguas civilizaciones.