-Welcome!
¿Puedo ver sus pasaportes? -Nos preguntó un soldado bastante desaliñado.
-Aquí están. -Le dije tras sacarlos de la bolsa de fotografía y entregárselos.
Mientras los examina veo como se asoman cabezas curiosas en la puerta del recinto exterior
del monasterio. No es habitual ver vehículos de matrícula extranjera por esos lugares.
-Gracias. -Nos dice el soldado, devolviéndonos los pasaportes.
Avanzamos los 25 metros que nos separan de la puerta del monasterio y nos volvemos a
detener. Nos sale a recibir un muchacho con una pequeña medalla cristiana colgada al
cuello.
-Bienvenidos al monasterio de San Macario. ¿Tienen ustedes visita concertada? -Nos
pregunta con una amable sonrisa.
-No, no sabíamos que había que solicitarla. -Le contestó Vicente.
-Sí, hay que pedirla en nuestra diócesis de El Cairo. -Mira el todo terreno, a nosotros
y prosigue. - ¿De donde son ustedes?
-Venimos de España y estamos muy interesados en los monasterios coptos. Nos gustaría
mucho visitar este monasterio y sólo somos dos. ¿Sería posible visitarlo aunque no
tengamos la cita?
-Voy a consultarlo ... e intentarlo. -Nos contestó sin parar de sonreir. Acto seguido
entró en la caseta y le oímos marcar por teléfono y hablar. Al poco reapareció.
-No hay problema, el monasterio de San Macario les da la bienvenida y les desea una feliz
visita. Les están esperando. -Nos entregó unas estampitas de San Macario y una bolsita
con cuatro mini-recipientes de aceite para santiguarse. Acto seguido nos abre la verja.
EL VALLE DE LA SAL. COBIJO DE ANACORETAS
Estamos en Wadi Natrun, el Valle de la Sal, donde este preciado condimento tuvo una
importancia específica hace muchos siglos. El natrun (carbonato de sodio recogido de los
depósitos que los lagos salados dejan en verano) lo utilizaban en el Egipto de los
Faraones para deshidratar los cuerpos en el proceso de momificación que les preparaba
para la vida eterna... pero ahora vamos a conocer otros inquilinos del desierto que
preparaban la vida eterna de otro modo.
Desde El Cairo, la carretera del desierto que nos lleva hacia Wadi Natrun se convierte en
un campo sembrado a derecha e izquierda de cientos, miles, ... (o más) de paneles de
anuncios que no tienen fin. Unos tras otros, agolpados entre si, anunciaban de todo, desde
coches y ruedas hasta ketchup o líneas aéreas, el desierto nunca hubiera imaginado tan
extraños inquilinos.
Fue en los desiertos de Egipto donde comenzó hace muchos siglos un episodio ignorado,
bastante olvidado o desconocido de la historia de la humanidad, que posteriormente se
extendió por todo el mundo: la tradición monástica. Fue precisamente el inhóspito
desierto el lugar ideal para que, aquellos cristianos perseguidos por el Imperio Romano,
pudieran refugiarse. Al principio vivían en cuevas y luego fueron construyendo lo que
más tarde serían los monasterios y desarrollando la vida monacal que fue extendiéndose
en el transcurso de los siglos por toda Europa
Fue San Marcos en el año 35 d.C, quién predicó y extendió el cristianismo por Egipto,
religión que logró sobrevivir a los romanos para finalmente conseguir ser reconocida
como religión oficial en el s. IV. El s. VII trajo consigo una nueva religión, la
islámica, y la invasión árabe acabó con los monasterios que se habían extendido por
centenas por todo el desierto... pero algunos, a las puertas del nuevo milenio han
lograron sobrevivir y es aquí en Wadi Natrun donde vamos a localizar cuatro de los
principales monasterios coptos, que siguen plenamente en activo.
Todos los monasterios en sus entradas exteriores disponen de un control militar egipcio y
cuando accedemos a la puerta principal del monasterio uno de los monjes se hace cargo del
visitante. El primer monasterio fue el de San Macario y el padre Irineo se encargó de
guiarnos y explicarnos las características y la historia del monasterio. Su nombre
significa paz y realmente la serenidad con la que se movía y hablaba hacía honor a su
nombre.
Los coptos siempre han sido amantes de la cultura y del estudio y la mayoría de sus
monjes, antes de ingresar, han cursado estudios de medicina, farmacia, ingeniería o
profesorado. Estudios que siguen ejerciendo dentro de las paredes del monasterio, además
de la oración y el consejo espiritual de los fieles que acuden a ellos. El propio padre
Irineo combina su trabajo como farmacéutico con su pasión por pintar, y de hecho el
bautizo de San Juan Bautista de la iglesia de San Macario el grande, es una pintura suya y
la realizó hace 20 años, cuando llevaba poco más de 5 años en la orden.
Nos cuenta que San Macario comenzó con unas cuevas que en el curso de los siglos se han
ido ampliando y que a las tres pequeñas iglesias originarias les fue envolviendo todo un
complejo monástico ... que a su vez fue rodeado de unas altísimas murallas de gran
grosor que les protegía de los violentos ataques a los que fueron sometidos por beduinos
y árabes de otras épocas.
Tras la visita tuvimos el placer de disfrutar por primera vez de la hospitalidad de estos
lugares santos. El padre Irineo quiso que probáramos las aceitunas -que ellos mismos
cultivan- y un vaso de té mientras charlábamos. Llegaron las dos de la tarde y nos
invitó a comer arroz, carne estofada y judías verdes, el menú que ofrecen a peregrinos
y visitantes, la hospitalidad es una de sus primeras reglas y seríamos testigos de ella
en repetidas ocasiones en todos los monasterios.
Repusimos el agua de nuestros bidones con el agua del manantial que tenían en su interior
y tras despedirnos agradecidos del padre Irineo proseguimos la "ruta copta".
Con el mismo aspecto exterior de robusta fortaleza se presentan los monasterios de San
Bishoi y Suriani, a tan solo 500 m. el uno del otro. En la capilla de San Bishoi, los
peregrinos besaban y rezaban con gran devoción ante la tumba del santo, donde descansan
sus restos incorruptos envueltos en un cilindro con una tela bordada con su cara y cuerpo.
Las alusiones pictóricas a los episodios más destacados de la vida de los santos son
constantes, en algunos casos con iconos de gran valor artístico. En el de Suriani
coincidimos con la hora del rezo de los monjes y las oraciones en copto y sus himnos
inundan el ambiente. Permanecemos discretos observando la ceremonia ... son momentos
únicos.
El Monasterio de San Baramus, fue una visita nocturna que el padre Benjamín, fuera de
horario, nos permitió realizar. Al término de la misma seguimos siendo testigos de la
hospitalidad de estos lugares y nos invita a cenar: fuul (alubias pintas estofadas), queso
de cabra elaborado por ellos, mortadela de vaca y unos deliciosos zumos naturales de pera.
Cuando nos marchábamos, una preciosa luna llena amarilla -acabada de salir- nos iluminaba
el camino hacia la carretera general de vuelta al Cairo desde los refugios anacoretas del
Valle de la Sal.
REFUGIOS DE PAZ DEL MAR ROJO.
Desde la estridente capital egipcia nos dirigimos hacia el Mar Rojo para alcanzar de nuevo
otros recónditos refugios donde un grupo de hombres buscaban la paz huyendo del
hostigamiento.
Durante 145 km. rumbo este perseguimos un objetivo muy concreto. Por eso esta ruta que
vamos a seguir para ir hacia el Sinaí tiene su sentido, ya que queremos desplazarnos
hasta el lugar exacto donde se encuentran los monasterios de San Antonio y San Pablo,
otros dos ejemplos coptos que ostentan el honor de ser los monasterios más antiguos del
país, emplazados realmente en lugares recónditos y casi inaccesibles que le preservaran
del peligro de las persecuciones y matanzas, de las que no siempre lograron escapar.
La biografía de San Antonio (s.III d.C) se resume con una historia al más puro estilo
bíblico. Se trataba del hijo de un rico mercader que abandonó todas sus pertenencias
materiales y la entregó a los pobres para retirarse al desierto y dedicarse a la
oración. Durante 50 años vivió en una gruta del monte Clysma donde superó las
tentaciones del demonio, falleciendo a la edad de 105 años.
Sus discípulos, a lo largo de los siglos han tenido que soportar el ataque y las masacres
de los beduinos (entre los siglos VIII y IX) y los musulmanes (entre los siglos XI al XV)
en numerosas ocasiones, de ahí que los monasterios estén rodeados de diversas murallas
de fortificación que les permitieran defenderse de las hordas enfurecidas. Utilizar la
palabra "defensa" no es del todo correcta porque esa defensa era totalmente
pasiva, se limitaban a refugiarse en el torreón fortificado y esperar a que los
asaltantes se conformasen con arrasar y robar todo el fruto de su trabajo ... y no
quisiesen terminar "el trabajo" con un baño de sangre (como ocurrió en varias
ocasiones). El torreón que tenía cada monasterio estaba levantado sobre un pozo o
manantial y tenían comida para varios meses. Si sobrevivían al ataque, comenzaban a
levantarlo todo de nuevo piedra a piedra.
No es de extrañar que los monasterios se erigieran en lugares tan inhóspitos, la acritud
de la propia naturaleza les ayudaba a protegerse de estos ataques. Pero han pasado 16
siglos y los discípulos de San Antonio y San Pablo continúan la tradición. Los votos de
castidad, pobreza, obediencia y oración son sus mandamientos. Pero durante los días que
pasamos con ellos pudimos comprobar que también la alegría y simpatía, así como el
respeto absoluto, no está reñido con el recogimiento y la humildad.
El Monasterio de San Antonio (en el que estuvimos tres días), se encuentra a los pies del
Jebel al-Galala al-Qubliya y es el más grande los todos los monasterios coptos que
existen, albergando en la actualidad 70 monjes.
El padre Hilarión (que hablaba inglés y había ejercido como profesor de dicho idioma
antes de ingresar en la orden), fue el joven padre encargado de atendernos y explicarnos
todo lo que deseásemos saber acerca de la historia y hábitos de la orden durante nuestra
estancia. Vestía de negro, el color de la orden, rematado con una capucha negra con
cruces bordadas. Nos lo presentó el padre Ruiz, un anciano monje con una larga barba
blanca y vestido de negro con el aspecto de los antiguos padres bíblicos del Antiguo
Testamento.
En la época estival son muchos los peregrinos coptos egipcios que acuden a dichos
monasterios y con ellos coincidimos, ya que los lugares están fuera de las rutas
habituales, resultando muy ocasional el encuentro con extranjeros de otras nacionalidades.
San Antonio es impresionante, entre sus murallas se encuentran campos de cultivos, la
cueva de San Antonio, las células de los monjes, el "torreón" fortaleza, tres
iglesias, ... y un manantial del que mana 100 m3 (100.000 litros) de agua al día.
Por un sinuoso camino que se abre paso a través de descomunales rocas seguimos el camino
que marca el wadi ed-Deir a través de grietas y desprendimientos. Pasamos el arco de
llegada que marca la santidad del lugar donde pinturas del santo escenifican su muerte con
los fieles leones a sus pies... Seguimos el sendero tortuoso y entre curva y curva
empezamos a distinguir las murallas fortificadas del monasterio de San Pablo.
San Pablo, amigo y discípulo de San Antonio, vivió durante 80 años en una cueva con una
dieta tan reducida como lo es un trozo de pan que todos los días le traía un cuervo en
su pico y agua de un manantial natural que brotaba en la gruta, dedicándose
exclusivamente a la oración. Cuenta la historia que cuando San Pablo murió a la edad de
113 años, su amigo San Antonio no sabía como cavar la tumba y aparecieron dos leones que
se encargaron de ello. El Monasterio de San Pablo es más pequeño que el de San Antonio
pero la hospitalidad que ambos ofrecen a los que se acercan a conocerles no tiene
límites. Será una experiencia que siempre recordaremos.
En definitiva, los coptos configuran el 13% de la población de Egipto pero es un mundo
aparte, desconocido por los extranjeros que sólo visitan la parte más renombrada del
egipto faraónico. Sin duda alguna la paz y autenticidad que se respira por estos lugares
merece la pena que siga siendo preservada.
EL PAÍS DE LAS TURQUESAS.
Llegó el momento de dar el salto del sorprendente continente africano al exótico y
fascinante continente asiático. A través del túnel del Canal de Suez pasamos al Sinaí,
la primera tierra asiática por la que las ruedas de nuestro Mitsubishi Montero nos
introducen en el preludio de un nuevo continente, seguimos por ese "otro
Egipto", escenarios de episodios bíblicos, de tesoros y de guerra, este será
nuestro próximo destino.
En tiempos faraónicos las canteras de estas áridas tierras producían enorme cantidades
de turquesas, oro y cobre. La propia Reina de Saba contaba con un suministro de tan
preciada piedra preciosa. "El país de la Turquesas", como así se le conocía,
era de una importancia estratégica vital y a lo largo de su vasta historia ha conocido
batallas desde los tiempos de la Biblia hasta hace tan solo un par de décadas.
Ahora corren tiempos de paz y el seco viento del desierto parece un murmullo que quiere
revelar sus historias a quien quiera escucharlas.
Cuando Moisés condujo a su pueblo hacia la Tierra Prometida vivió uno de los capítulos
más sobresalientes que componen el Antiguo Testamento. Cuando Dios en forma de zarza
ardiendo se dirigió a él y le entregó las Tablas de la Ley, los 10 Mandamientos. A los
pies del Monte Sinaí, a 2.285, escenario de este episodio bíblico se levantó el
Monasterio de Santa Catalina, un monasterio de religión griega ortodoxa. Con la misma
semblanza defensiva de sus anteriores predecesores coptos, se ubica a los pies del
bíblico monte en medio de una apocalíptica atmósfera de rocas, picos y esterilidad.
Pero resulta, cuanto menos sorprendente, observar como comparten espacio dentro de sus
murallas, el campanario del monasterio con un minarete que en siglos posteriores el Islam
erigió dentro del mismo recinto.
Pero la pedregosa y seca atmósfera del Sinaí desértico tiene un estallido de aire
fresco, color y vida en las cálidas aguas del Mar Rojo. La vida submarina que late bajo
sus aguas ofrece una belleza infinita, con peces de colores y formas sorprendentes entre
arrecifes coralinos formidables.
Para vivir esta experiencia elegimos el más antiguo y fiable club de buceo de Nuweiba, el
Diving Camp Nuweiba. La co-propietaria, Sylvia, una agradable alemana que lleva 10 años
afincada en Egipto, nos comentó que un prestigioso arqueólogo inglés está llevando a
cabo desde hace unos poco años investigaciones submarinas en el Mar Rojo, para demostrar
factiblemente algunos episodios bíblicos que por esta zona tuvieron lugar. Concretamente
el episodio que se refiere al momento en que Moisés abrió las aguas del Mar Rojo y tras
pasar con el pueblo judío las volvió a cerrar pereciendo bajo ellas el ejército del
Faraón que les perseguía. En estos fondos se ha encontrado una rueda que se cree
pertenece a un carro de este ejército pero los estudios que confirmen esta teoría están
aun en curso.
Las aguas del Mar Rojo son cálidas y es muy fácil zambullirse en ellas, ya sea verano o
invierno. La gran lancha del club lleva a los buceadores con licencia a lugares
espectaculares pero a tan sólo unos metros de la playa (para los que no tenemos licencia)
ya tenemos arrecifes coralinos con peces fascinantes desde el pez león que se desliza
elegantemente sobre el fondo, al original pez paleta de Picasso o el insaciable pez
papagayo o el precioso .... y podríamos continuar hasta una variedad de más de cien
peces. ¡Es increíble! Pero cuidado, los arrecifes cortan como cuchillas y hay erizos con
unas púas enormes y ... después de bucear sorprendidos por estas fascinantes imágenes,
el buceo de superficie con el snorkel, ha supuesto que estemos expuestos durante muchas
horas a los rayos de sol y... te dejan la espalda y las piernas en el punto justo de asado
a la parrilla. Lo sabíamos, estábamos advertidos... pero aquellos que han vivido la
experiencia de bucear entre corales saben lo hipnotizador que resulta nadar entre tanta
maravilla y como pasa el tiempo olvidándote de todo.
Al atardecer, después de liberarnos con una buena ducha del salitre,
nos sentamos en la playa. Las montañas, que en la otra orilla nos anuncian el territorio
prohibido de Arabia Saudita, son iluminadas por el sol del atardecer. La cordillera de
roca saudita se va tornando rojiza y la calma total del mar permite que se reflejen en sus
aguas ..., el mar comienza a tomar un tono entre violeta y rosa que nos envuelven en una
atmósfera irreal. El color cada vez es más intenso y la suave brisa nos susurra que
estamos a punto de cruzar este histórico mar hacia un nuevo país en Asia: Jordania, cuna
del sugestivo Imperio Nabateo. |
"Ruta
por Egipto"
"Monasterio de San Macario. El
"Torreón" donde se refugiaban los monjes cuando eran asaltados. Subían el
puente levadizo (única entrada ) y sellaban el torreón, en su interior tenían un pozo
(o un manantial) y comida para varios meses. Permitían el pillaje y saqueo al no
defenderse, pero muchas veces los asaltantes destruían parte del muro para
masacrarles."
"Monasterio de San Macario. Marián hablando con
el padre Irineo."
"Monasterio de San Boshoi."
"Monasterio de San Boshoi. Peregrinos orando ante
la tumba de San Boshoi."
"Monasterio de Al
Suriani."
"Monasterio de San Antonio, donde estuvimos
varios días. En la foto, mostrando al padre Hilarión la tecnología de transmisiones de
nuestra expedición."
VISITAS
FOTOGRÁFICAS
"Visita al Monasterio de San António."
Pulsa este enlace para acceder a fotos del interior.
"Visita al Monasterio de San
Pablo". Pulsa este enlace para acceder a fotos del interior
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La inmensa
península del Sinaí ofrece un sin fin de posibilidades de recorridos entre sus
fantásticas formaciones rocosas pero... no podemos ir a ciegas. Hemos de asesorarnos y
ver itinerarios porque ... todavía quedan minas terrestres sin explosionar que datan de
la guerra egipcio-israelí.
Monasterio de
Santa Catalina. Un impresionante monasterio fortificado encajado entre abruptas pareces
rocosas del sinaí.
Llegada al mar
Rojo en Nuweiba, frente a nosotros ... las montañas de Arabia Saudita.
El muro de
entrada al Diving Camp Nuweiba refleja los tesoros del mar Rojo que encontraremos al
bucear: corales y exóticos peces tropicales de todo tipo. |